jueves, 27 de julio de 2017

Andrés de Oviedo

                      

Aunque hace cierto tiempo que no escribo en este blog, no por ello he dejado de investigar y recopilar datos sobre la historia de Illescas…
Hace un año, tuve un comentario de Dr. D. Santiago Guijarro Oporto, Catedrático de la Facultad de Teología, en la Universidad Pontificia de Salamanca… Santiago es un Illescano afincado en la ciudad universitaria…me comentaba sobre el trabajo de un colega suyo, sobre la figura, de Andrés de Oviedo, Primer Patriarca de Etiopia…
La verdad es que hace poco que vi el comentario (he estado muy desconectada de mis blogs)… y en seguida me puse en contacto con el, pues yo, ya tenía ese trabajo entre mis archivos, pero no obstante darle las gracias y por si acaso, fuese un trabajo distinto, que no ha sido el caso…

El trabajo está escrito por Eduardo Javier Alonso Romo, se titula Andrés de Oviedo, Patriarca de Etiopía, consta de 17 páginas muy interesantes… de las cuales, os voy a exponer algunos fragmentos, un poco “ a mi manera” Quien esté interesado en el original lo puede buscar en la red, está en pdf, y su descarga es gratuita.

Andrés de Oviedo nació en Illescas en el año 1518, murió en Fremona, Tigré en 1577…
Su nombre es relativamente conocido para aquellos que se acercan a estudiar los primeros años de la Compañía de Jesús, pues no en vano fue una figura relevante de la segunda generación jesuítica, que además tuvo el privilegio de conocer y tratar a casi todos los
“primi patres”  fundadores de la nueva institución religiosa.
Sin embargo, es un desconocido en lo que fue la trayectoria de su vida globalmente considerada, más allá de algunas anécdotas.
Sin embargo, Andrés vivió, una de las vidas más curiosas, que se pueden encontrar en la historia de los jesuitas.

No sólo se le puede considerar el primer español en Etiopía, (ya puestos el primer Illescano) sino que además, previamente había recorrido un largo itinerario geográfico

De Illescas a Coimbra, pasando por media Europa (1518-1545)…

Como hemos dicho, Andrés Oviedo nació en Illescas hacia el 1517 0 1518, “ Nasceu este ejemplar de bons Pastores & prototypo de verdadeyros Missionarios em Castela no lugar de Ilhescas, disntante cinco legoas de Toledo, & outras tantas da nobilísima Corte de Madrid”… Su padre, Pedro González de Oviedo, era persona noble, descendiente de la casa solariega de Botal, en Oviedo. Estuvo casado dos veces, con Mayor Dávila y con Leonor Molina, Y con Ambas Esposas tuvo amplia descendencia.
Andrés parece ser el mayor de su primer matrimonio. Illescas, cabeza de la comarca de La Sagra, en la actual provincia de Toledo, es famosa por los llamados “infanzones de Illescas” y por su colección de cuadros del Greco en el Santuario de la Virgen de la Caridad. “Sendo macebo foy aâ Universidade de Alcalâ, aunde se agraduou com o titulo de Mestre de Philosophia”…Era ya, por tanto graduado maestro en artes por la Universidad de Alcalá de Henares, cuando marchó a Roma. En la ciudad eterna, con 23 años de edad, Oviedo ingresó en la Compañía de Jesús, el 19 de junio de 1541, siendo recibido por el mismo Ignacio de Loyola, que siempre tuvo en gran estima al jesuita Illescano. Hacía sólo nueve meses que la Compañía había sido aprobada oficialmente por el papa Paulo III. Al Ingresar, Andrés renunció a todos sus bienes a favor de la Virgen de la Caridad de Illescas, a la que siempre había tenido gran devoción.
Poco después el nuevo jesuita fue enviado a estudiar Teología en la Universidad de París (otoño de 1541), juntamente con Francisco de Estrada y Diego Miró, pero siendo español tuvo que dejar esta ciudad por la guerra entre Francia y España. De este modo, continuó el estudio de la Teología en Lovaina (1542-1544), bajo la dirección del P. Jerónimo Doménech… En este tiempo le sucedió que yendo de Lovaina a Colonia le asaltaron unos ladrones, los cuales le robaron todo, menos las cartas que llevaba para Pedro Fabro. Fabro será una sólida referencia para Andrés de Oviedo, en su carta autógrafa del 7 de diciembre de 1543 a Ignacio de Loyola habla del cofundador saboyano en estos términos:
“En este tiempo ha estado malo en la cama nuestro Padre Mastre Fabro […] su enfermeda a sido prolixa y grave de calenturas, en la qual nos ha predicado la paciencia con su mucho padeçer, soportando alegremente muchos
dolores en su cuerpo, los quales e han tanto debilitado, quanto fortificado en spíritu, de manera que, no sólo ha
hecho fruto en sí, pero en muchos otros, exerçitando (a costa de su cuerpo) en hazer exhoraçiones y oyr muchas
confesiones, y tener colloquios spirituales “

Andrés pasó después a Coimbra adonde, enviado por Pedro Fabro, llegó el 16 de febrero de 1544. En la ciudad portuguesa se ordenó sacerdote , culminando así una etapa de su vida.

Entre Portugal y la India (1554-1557)…
Al aceptar la misión de Etiopía (antes incluso de aceptar el episcopado), junto con João Nunes Barreto, marchó a Portugal, saliendo de Roma el 20 de septiembre de 1554. Desde Burgos escribía el 18 de noviembre relatando algunas circunstancias de su viaje…
El grupo de doce jesuitas destinados en principio a la misión de Etiopia estaba formado por los siguientes hombres: Cuatro portugueses João Nunes Barreto, Melchior Carneiro, António de Quadros ( que en principio iba destinado como provincial de los jesuitas de la misión etiope) y Manuel Fernandes; Seis españoles, Andrés de Oviedo, Miguel Barul, Andrés Gonzalez, Jerónimo Cuenca, Alfonso López y Pascual Catalán; El flamenco João Bocchio (o Bockyn) ; además del napolitano Tomás Passitano, que finalmente no pudo embarcar. Una parte viajó a Oriente en la expedición de 1555, y otra parte, con Nunes Barreto y Oviedo a la cabeza, tuvo que esperar al año siguiente.

En Etiopia 1557-1577
Oviedo y sus compañeros habían salido de Goa el 16 de febrero de 1557, llegando al puerto de Arquico a finales de marzo.
Oviedo fue recibido honrosamente por el emperador Claudio, pero al no lograr que éste se hiciera católico, para convencerle el jesuita toledano le propuso discutir con los monjes etíopes delante de él : “ Viendo esto, el Patriarca le suplicó al Rey que mandase juntar algunos letrados de los mas savios de su Reyno para que en su presencia se disputasen y averiguasen las cosas de la fee[…] Concediolo el Rey a instancia suya, ubo muchas disputas, en las quales siempre quedavan confundidos “.
Al emperador Claudio le sucedió en 1559 su hermano Minas (Adamas Sagad), Quien al principio recibió a Oviedo con benevolencia. Pero después, alarmado con la conversión de varias personas importantes, llamó a Oviedo a su presencia y le prohibió predicar la fe católica en Etiopía. El nuevo emperador abrogó las libertades concedidas por Claudio a los portugueses y prohibió a los jesuitas tanto predicar como bautizar. Oviedo llegó a ser encarcelado y posteriormente fue obligado a exiliarse con sus compañeros en la zona fronteriza de Tigré, donde se establecieron cerca de la antigua ciudad de Aksum, en un lugar al que dieron el nombre de Fremona, en honor a San Frumencio , patrón de Etiopía. Allí permanecerían los quince años que le quedaban de vida.

Como podemos leer, su vida no fue nada fácil, viviendo en la más absoluta pobreza, siendo Etiopía un hervidero de maquinaciones, de rebeliones, guerras y cambios de gobierno, haciendo muy difícil la vida de los misioneros.
Andrés escribía,  estos textos tienen un especial valor en el sentido de que rezuman espiritualidad a partir de la propia experiencia. Y todo ello, sin ningún medio y, según algunos autores , casi sin papel como señala Nieremberg: “Y lo que causa notable admiración es que llegase a no tener un pliego solo de papel con que escribir a dos tan supremos Monarcas del mundo, como el Sumo Pontífice Pío V y el Rey de Portugal Sebastian y así, para escribir al Rey hubo de quitar de su Breviario la primera hoja, que está en blanco; y para el Papa aun esto le faltó y se vio obligado a cortar las márgenes del Breviario, y coserlas en forma de libro y escribir en ellas.”

Su muerte y su recuerdo…
Ya en sus últimos años, agotado, le atacó la enfermedad del mal de piedra (padecimiento renal) que le llevaría al sepulcro. De su muerte se han dado varias fechas, pero la más probable parece ser la del 29 de junio de 1577.
Andrés Oviedo siempre se distinguió por la austeridad de su vida; al morir no tenia nada en su choza. Lo había dado todo.
Entre agosto de 1603 y marzo de 1604 el sacerdote Melchior da Silva, por encargo del arzobispo Meneses, recogió datos sobre la vida del patriarca Oviedo, la fama de santidad generada en torno a su persona llevó a la introducción de su causa de beatificación, el 13 de junio de 1630. Recibiendo a partir de entonces el título de venerable.
Según Francisco de Sousa le describe “D. Andre de Oviedo de grande estatura, os olhos encovados y rosto & magro pela muyta penitencia que sempre fez”
La única representación iconográfica del jesuita Illescano que se ha podido localizar es un cuadro mural bastante estereotipado que se encuentra en Salamanca, en el ángulo norte del claustro del antiguo Colegio Real de la Compañía de Jesús, actualmente Universidad Pontificia…

Hasta aquí un poco resumida la vida de nuestro paisano Andrés, gran persona y erudito, afable y religioso, Reitero las gracias a D. Santiago Guijarro Oporto y a Don Eduardo Javier Alonso Romo, por ponerme en la pista de esta gran persona…