domingo, 25 de septiembre de 2011

Infanzones de Illescas.

Si hay algo que caracteriza a la villa de Illescas, respecto de otras villas o pueblos, son sus Infanzones.

La Real Hermandad de los Infanzones de Illescas mantiene una tradición de muchos siglos, pues ya en la Edad Media se hablaba de estos caballeros de Illescas.
Caballeros Castellanos
Por un privilegio expedido por el rey Sancho IV “el bravo”  existían en el Edad Media en esta villa los “caballeros aguisados” ; esto es, dispuestos a servir al rey con armas y caballos. En el Archivo Histórico Nacional se conservan dos cartas dirigidas por Sancho IV a los caballeros de Illescas.
Sancho IV.

 En el siglo de Oro encontramos dos obras literarias que nos hablan de la fama de estos caballeros: “El infanzón de Illescas” atribuida a Tirso de Molina y “El caballero de Illescas” de Lope de Vega; este aspira en virtud de sus hazañas ingresar en el gremio de caballeros:

“A Italia voy, que de villano espero volver a ser de Illescas Caballero”.

Los Infanzones de Illescas como los de otras tantas ciudades, y villas de abolengo, decidieron reunirse en una cofradía o hermandad. La Virgen de la Caridad presidió desde entonces sus nobles afanes. Primero, desde su pequeña ermita, que estaba situada a escasa distancia del templo actual, después en la iglesia de santa María, joya del arte mudéjar. La imagen de la Virgen de la caridad fue una de las devociones favoritas de la Corte en los siglos XVI y XVII.

Al pasar de los años, la tradición de los caballeros se perdió un poco en la nebulosa de los tiempos. Fue don Jerónimo López de Ayala y Álvarez de Toledo quién restauró en 1925 la Real Hermandad. Durante la guerra civil, el santuario sufrió numerosos daños, ardieron en hogueras las maravillosas esculturas del Greco (es que me pongo mala solo de pensar en semejante cafrería, ningún ideal sirve de escusa para semejante barbarie). Estas esculturas, flanqueaban el altar mayor. Con la PAZ; La Real Hermandad de Infanzones de Nuestra Señora de la Caridad de Illescas siguió cumpliendo sus fines.

1925- autor desconcido.
Aunque en la actualidad lo de servir al rey con armas y caballos esté un poco en desuso.
Cuando reciben el hábito en el Santuario, en la investidura, los nuevos infanzones, que tienen que tener un padrino o madrina en el caso de las mujeres, pues también existe un Brazo de Damas, prestan juramento con estas palabras;

Juro por mi honor y sobre los Santos Evangelios ser católico, apostólico romano, en cuya religión espero vivir y morir. Juro cumplir todo cuanto nuestros establecimientos mandan y cuantas disposiciones sean dictadas por las dignidades de esta Real Hermandad y su consejo de gobernadores y espero, con la ayuda de Dios, vivir en la defensa de mi Religión, de mi Patria y de mi Rey, contribuyendo, en la medida de mis fuerzas, a su mayor gloria y a la realización de los fines de esta Real Hermandad de Infanzones en cuyo Cabildo tengo el honor de ingresar.”
Las Damas llevan este lazo con la cruz

Y tras estas palabras, la solemne respuesta;

“Si lo haces y cumples cual juras y prometes, que Dios Nuestro Señor te lo premie, y si no, que te lo demande.”










Fuente; Diccionario Enciclopédico de Toledo y su Provincia de Luis Moreno Nieto.